En una conversación en profundidad, la académica de la Escuela de Lenguas y Literatura de la Universidad Católica del Norte (UCN), Dra. Rosa Pezoa, reflexiona sobre la importancia de promover una enseñanza del idioma desde un enfoque intercultural, capaz de reconocer y valorar las distintas identidades presentes en las aulas chilenas.
Antofagasta, octubre de 2025. En un contexto educativo marcado por la creciente diversidad cultural, la enseñanza del inglés como lengua extranjera adquiere nuevos desafíos y oportunidades. En una conversación en profundidad, la académica de la Escuela de Lenguas y Literatura de la Universidad Católica del Norte (UCN), Dra. Rosa Pezoa, reflexiona sobre la importancia de promover una enseñanza del idioma desde un enfoque intercultural, capaz de reconocer y valorar las distintas identidades presentes en las aulas chilenas.
El aula intercultural puede interpretarse desde diversas perspectivas. Por un lado, la interculturalidad puede abordarse desde lo que se enseña. En el caso del inglés como lengua extranjera, este aspecto se refleja en la constante comparación entre la cultura de origen de los estudiantes y aquella cultura dónde se habla inglés. Por ejemplo, se observa cómo en algunos países angloparlantes se ha
bla del clima para iniciar una conversación o cómo ciertas situaciones exigen un determinado nivel de cortesía. La interculturalidad no se limita al conocimiento de las fiestas, celebraciones, clásicos literarios o trajes típicos, sino que incluye también las diversas formas de vida y prácticas cotidianas de distintas comunidades.
Por otro lado, el aula intercultural también puede entenderse en relación con los y las estudiantes y los y las docentes, quienes pueden provenir de diferentes culturas o etnias y, por tanto, poseer distintos sistemas de valores y formas de relacionarse con los demás.
Ambas perspectivas tienen implicancias importantes para la enseñanza del inglés, ya que los docentes debemos ser conscientes de aquello que nos hace diversos desde una perspectiva intercultural para promover en nuestros estudiantes el reconocimiento tanto de su propia cultura como de la del otro. De esta manera, podrán desarrollar habilidades que les permitan interactuar con diferentes personas y convertirse en hablantes interculturalmente competentes.
Yo creo que la dimensión cultural es inherente a la enseñanza de inglés. Enseñar un idioma es enseñar también su cultura, su literatura y su sociedad. No se puede enseñar una lengua como si fuera un sistema de códigos a descifrar solamente. Sin embargo, es una buena práctica promover la dimensión intercultural de la enseñanza a través de los fondos de conocimiento (funds of knowledge) para que los saberes, habilidades y experiencias de los estudiantes y sus comunidades sean utilizados como recursos valiosos para el aprendizaje. Este enfoque culturalmente receptivo permite que la enseñanza sea más significativa para los estudiantes y más inclusiva.
Los y las docentes pueden fomentar una mirada intercultural e inclusiva en sus estudiantes a través de la generación de actividades didácticas que permitan el diálogo intercultural, basado en el entendimiento y la empatía entre estudiantes que pueden provenir de diversos grupos étnicos, religiosos, culturales y lingüísticos. Este diálogo intercultural no se limita solamente a la interacción entre individuos de distintas culturas, sino más bien es hacer el ejercicio de alejarse del etnocentrismo, es decir juzgar al otro según el propio sistema de valores e implica escuchar, valorar y respetar al otro desarrollando una conciencia que permita ver la cultura desde una perspectiva más amplia.
Esto me tocó verlo de cerca con nuestros estudiantes del Magíster en TESOL con enfoque intercultural, ya que eran en su mayoría profesores en servicio. Ellos nos comentaban que uno de los principales desafíos que enfrentan hoy en día es desenvolverse en un sistema escolar cada vez más multicultural y diverso, con altas tasas de inmigración, donde en muchas ocasiones no existen estrategias institucionales claras que promuevan el diálogo intercultural. En este contexto los docentes trabajan con grupos conformados por estudiantes de distintos grupos étnicos y culturales, quienes a veces tienden a agruparse entre sí, formando comunidades cerradas y reproduciendo prejuicios y estereotipos hacia los demás. Frente a esta realidad, los y las docentes suelen sentirse sin herramientas suficientes, pero con la necesidad urgente de fomentar una mirada intercultural que favorezca la inclusión y el respeto mutuo.
Los invito a asumir el hermoso compromiso de ser profesores y profesoras de inglés no solo como transmisores de contenidos y habilidades lingüísticas, sino también como mediadores culturales que promueven el diálogo y el entendimiento mutuo. Sus estudiantes, sin duda, se lo agradecerán.