En memoria de Katherine Yoma

Mauricio Lacazatte Pinto

Jefe de la carrera de Pedagogía en Inglés UCN


Era el año 2010 cuando un grupo de soñadoras y soñadores se propuso estudiar una de las profesiones más hermosas que existen: la docencia. 

Dentro de este selecto grupo estaba Kathy. Una de sus compañeras me cuenta que ella iluminaba cualquier espacio al entrar; su presencia se notaba, con una voz ronca y directa que nunca pasaba desapercibida. Siempre fue muy alegre; le gustaba bailar y, en cualquier momento o lugar, presentaba algún paso de baile, haciéndolo entretenido y pegajoso. Y su risa, esa sí que se escuchaba y contagiaba. 

Una líder innata, incluso cuando no quería, todos terminaban siguiéndola de todas formas. Así la veían y la siguen viendo sus compañeras y compañeros que compartieron sus vidas en la querida UCN, en las salas y patios de la Escuela de Inglés. Sus profesores la recuerdan como una estudiante exigente consigo misma y, por lo mismo, exigente con sus profesores, que no podían arriesgarse a ir a clase con poca preparación, pues Kathy, con su sarcasmo y un fino humor, se los hacía saber sutilmente, generando una fraterna complicidad y risas al final de todo. 

Cariño, afecto, admiración, son las palabras que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en nuestra compañera y alumna.

Hoy la carrera de Pedagogía en Inglés se siente aún más orgullosa de haber tenido a Kathy en sus aulas. Ella es del tipo de personas que son llamadas a realizar cambios por los demás, a luchar sin esperar nada a cambio y solo por el bienestar de los demás. Esto lo vimos en su vida profesional siempre, y por ello, muchas personas sentían un refugio en su persona, pues ella sacaba la cara por el grupo. 

Un colega me dijo el otro día que su nietecita estaba muy triste, pues Kathy había sido su profesora y le había enseñado a amar el inglés; y sin querer, su nieta también le contó que llegó a amar a su profesora. Qué lindo es que una persona genere esto en una niña o niño, pues solo las personas que aman lo que hacen generan esos sentimientos. Gracias, Kathy, por luchar por nosotras y nosotros, y gracias por entregar tanto amor a los demás con tu vida.